viernes, 19 de junio de 2009

Cáncer de amor... Alicia Delgado

Evitar el populismo penal, mirar las causas y no sus consecuencias y evitar la manipulación mediática

Terminamos de hacer nuestra presentación y tomando algunas de las ideas del reciente libro de Roberto Gargarella "De la injusticia penal a la justicia social" planteamos en el Seminario de derechos humanos que se realiza en Lima, Perú lo siguiente: en primer lugar que aunque los tiempos han cambiado desde que Victor Hugo escribiera Los Miserables en donde Jean Valjean fue condenado a pena de prisión perpetua por robar un pan, ya que la pena se racionaliza con base el respeto por los derechos humanos y una democracia de derechos; en Latinoamérica nos encontramos en sociedades altamente pobladas, pauperizadas y segmentadas que hacen que se sigan cometiendo injusticias y violaciones a los derechos humanos en el tema de la seguridad.

Por esta razón la terminologia esta cambiando y se habla ahora de seguridad humana. Con este concepto lo que se quiere significar es que para garantizar la paz y la armonía en una sociedad, se debe pensar en términos de garantías de los derechos no solamente los civiles y políticos sino también los sociales, económicos y culturales para que se paleen las causas de la criminalidad derivadas muchas veces de la pobreza y la miseria, y no sus efectos, el crimen y la pena como tal. Por esta razón también se debe evitar el populismo penal que consiste en tomar el tema de la seguridad, la lucha contra el crimen como bandera politica, para catapultar o impulsar a un politico o subir en las encuestas. Estos son remedios coyunturales, improvizados e ineficaces a largo plazo para detener la delincuencia y el crimen. Se debe pensar en políticas públicas estructurales e integrales en donde el ciudadano este dotado de los derechos básicos para garantizar de éste modo su seguridad humana.

De otra parte se debe evitar la manipulación mediática con relación a la delincuencia y la seguridad. En una sociedad de la información que muchas veces desinforma y manipula, se debe exigir en una política pública acertada la responsabilidad de los medios de comunicación en su labor a través de los codigos de conducta y buenas prácticas.

Estas tres estrategias, evitar el populismo penal, pensar en las causas de los fenómenos delictivos además de sus consecuencias y penalización, así como evitar el fenómeno de la desinformación mediática pueden ser tres elementos que establezcan unas bases estructurales para una política de seguridad humana integral que tenga como base el respeto y la protección de los derechos humanos.