miércoles, 28 de febrero de 2007

El estornudo del dragón


El Estornudo del dragón:

Así titularon algunos periódicos del país la crisis económica que se produjo en todas las bolsas en el mundo a partir del remezón de la bolsa de Shangai que cayó un 9.2 por ciento. El martes negro del 27 de febrero (siempre las crisis económicas terminan siendo un martes) produjo para Colombia pérdidas de $ 4 billones de pesos y se vieron afectadas las bolsas de Nueva York, en donde las acciones cayeron 3,29 por ciento (la peor caída desde los atentados del 11 de septiembre), Argentina que cayó un 7,49 por ciento y Brasil que bajó a 6,63 por ciento. No bien había comenzado el nuevo año chino, que como saben es el año del cerdo o del marrano, cuando se puso una vez más a prueba las repercusiones de la globalización económica en el mundo. La crisis de ayer se tituló también como una consecuencia de la intensificación de la interdependencia de la economía y de la integración, que se denomina por parte de algunos autores (Ulrich Beck) globalismo. El dragón estornudo, no se sabe si es una gripe fuerte o un mero resfriado todavía, y todos los demás animales de la “granja global” salieron despavoridos a sus covachas por el fenómeno del contagio. Esta interdependencia puede ser ejemplificada como un “efecto domino” en estos juegos en donde se pone una ficha detrás de la otra y si la primera cae se derrumban todas las demás, o como un juego de equilibrista en donde todas las economías van agarradas de la mano caminando por ejemplo por un muro estrecho y una de estas pierde el pie, produciendo la caída de las demás.

Todo depende de la suerte ya que los mercados bursátiles son en gran medida juegos de azar, que algunos denominan someramente como de especulación. Así si se había confiado en una economía como la China, y esta tambalea, los jugadores bursátiles que habían invertido en este mercado se ven afectados por haber apostado algunas de sus fichas de esta ruleta a dicho país. Podría ser titulado entonces también la crisis como el efecto “Casino” ya que a mayor apuesta y mala suerte, mayor pérdida. La crisis de las bolsas en el mundo se produjo, observen ustedes, por la posibilidad de que el gobierno chino suba los impuestos a las ganancias de las empresas, y ahí se genero todo el remezón económico con onerosas pérdidas para los mayores apostadores. Una mera posibilidad llevó a la huida de los inversionistas, o de los apostadores de esta bolsa, y se llevo por delante a todas aquellas economías como la estadounidense, la brasilera, la mexicana y la argentina que habían jugado a favor de este mercado.

China decide, cambiar sus costumbres económicas en materia de carga impositiva de sus empresas y el paraíso manufacturero en el mundo ya no parece tan rentable. Los cambios y las transformaciones en la economía China eran previsibles. Hoy me decía un profesor comentando este tema que “por algún lado se tenia que torcer la cabuya”, esto quiere decir que el país asiático por ser el mayor ganador del proceso de globalización económica, mayores inversiones, mayor mercado, mano de obra barata, bajos costos ambientales, poca carga impositiva, a lo largo de los años venideros se va a transformar.

Cuando un trabajador chino empiece a sentir que necesita ciertos derechos laborales o que su salario tiene que ser mejor, cuando el medio ambiente se vea afectado por la polución y la contaminación en China, cuando la violación de derechos humanos ya empiece a cuestionarse dentro del mismo país, la economía va a cambiar. Si la posibilidad del aumento de los impuestos produjo tal debacle, se considera que es una llamada de atención para no depender económicamente de los chinos. La economía de los Estados Unidos, especialmente, están supeditados a dicha economía, especialmente porque han comprado su deuda y sus famosos bonos federales (las paradojas de la vida), parece que esta estrecha relación se va empezar a revaluar.

Ya Niall Ferguson en un artículo en el Foregin Affairs titulaba en el 2005 Is globalization sinkink? (Se esta hundiendo la globalización), y comparaba este momento económico con el período entre 1870 y 1914 en donde se produjo a nivel mundial, la liberalización de los mercados, la reducción de la intervención del Estado en la economía y ciertos avances tecnológicos como el cable submarino y el barco a vapor que pudo facilitar los transportes y las comunicaciones, así como intensificar las relaciones económicas y las dependencias. Sin embargo entre 1914 – 1918 se produjo la Primera Guerra Mundial y para 1929 la famosa crisis financiera de la Bolsa de Nueva York, y aparecieron las teorías económicas (Keynes) sobre los beneficios de la intervención, los Estados y gobiernos nacionales se fortalecieron y las economías se cerraron y se volvieron más dependientes de sí mismas. No quiero con este ejemplo de Fergurson seguir una tendencia tremendista ante la evidencia de la crisis, no soy economista y no he estudiado prospectiva para predecir los cambios, pero por malicia indígena pienso que como dice el profesor “el lazo se tiene que enredar por algún lado” y el rol de la China seguirá cambiando, principalmente porque ya es una superpotencia económica que requiere cambios dentro de su economía interna. Si el gobierno pensó en subir los impuestos de las empresas, para terminar de pagar la represa del Yang – Se, o para cubrir las deudas por los estadios y la infraestructura de los Olímpicos del 2008, o para pagar la pista de fórmula 1 de Shangai queda todavía como incógnita; lo cierto es que el crecimiento mismo de la economía china, la capacidad de pago de sus habitantes y el cambio del rol de este país en el mundo producirán en un futuro una serie de transformaciones, en donde ya no verá a la China como el país para invertir por lo barato, sino como un país industrial desarrollado en donde sus habitantes cuenten al menos con derechos.