viernes, 4 de julio de 2008

Asi fue el rescate

Aquí imagénes del rescate... sin palabras... y de nuevo mucha alegría

Las greguerías en García Márquez

Dejando por hoy de lado los comentarios jurídico - políticos que caracterizan de cuando en cuando a este blog, y también pasando página de la importante y alegre noticia del rescate de Ingrid, los norteamericanos y los 11 militares, que prometo comentar una vez digerida con más calma la noticia, me atrevo a postear una nota literaria... Se trata de las "greguerías en García Márquez", tema que analiza Jorge García Usta en su libro "García Márquez en Cartagena" (Seix Barral, 2007), que nos relata la etapa de periodista de Gabo en el periódico El Universal de Cartagena, bajo la tutela del jefe de redacción Clemente Manuel Zabala y su lápiz rojo de corrector, y de sus colegas y amigos Gustavo Ibarra Merlano, Héctor Rojas Erazo y Ramiro y Óscar de la Espriella, todos ellos costeños de pura cepa. Durante esta época el Premio Nobel recibió la influencia de autores norteamericanos e ingleses como Faulkner, Dos Passos, Truman Capote y Virginia Wolff, pero también de periodistas de lo insólito como Ripley, y el novelista italiano Curzio Malaparte. También nos cuenta García Usta la influencia directa en García Márquez de las técnicas de greguería que el español Ramón Gómez de la Serna había utilizado en algunos textos, imponiéndolo como una forma de sorprender al lector con frases cortas, desconcertantes, contradictorias pero ingeniosas y reflexivas. La influencia de la greguería de Gómez de la Serna en García Márquez se comprueba por ejemplo en las frases del Amor en los tiempos del Cólera del doctor Juvenal Urbino en torno a los sabores, quien después de probar una tisana, dice que "sabe a ventana" (García Usta, p. 129). También en Crónica de una muerte anunciada García Usta encuentra una greguería cuando se lee la recomendación de la madre del narrador a las mujeres de la casa: "lo único que mi madre les reprochaba era la costumbre de peinarse antes de dormir. "Muchachas - les decía -: no se peinen de noche que se retrasan los navegantes". La greguería es definida por el diccionario de la Real Academia como "Agudeza, imagen en prosa que presenta una visión personal, sorprendente y a veces humorística, de algún aspecto de la realidad y que fue lanzada y así denominada hacía 1912 por el escritor Ramón Gómez de la Serna". De Riquer y Valverde en su Historia de la literatura universal (Planteta, 1986), también explican qué es una greguería: "La greguería alguna vez se basa en una imagen, pero esto no ocurre ni en la mayor ni en la mejor parte de los casos. No está mal que diga: "La larga cola de la novia es la vereda que conduce hasta el novio desorientado". Y también tiene gracia esta parodia de sinestesia simbolista - modernista: "Después de comer alcachofas, el agua tiene sabor azul". Pero es mejor la greguería cuando dice, por ejemplo: "La estatua en cuya cabeza se fija una paloma debería sonreír". O, lo que hubiera envidiado Jules Renard: "El mono no entiende pero está siempre queriendo entender" (...) Pero otras veces la greguería se pone casi trascendente: "El día de la resurrección, todos aparecerán con trajes nuevos". O: "La muerte es hereditaria". Más típicamente, se suele tratar de una ocurrencia apoyada en alguna sensación o imagen: "Al levantarse el telón viene del escenario un viento frío como del otro mundo, del mundo de la inmortalidad de los grandes repertorios". O, aún mejor, pillándonos descuidados: "No gozamos bien del canto del ruiseñor porque siempre dudamos de que sea un ruiseñor". Como ven hay greguerías que son mejores que otras, o más bien hay greguerías que les gusta más a unos que a otros. García Usta sostiene que la greguería influenciaría directamente a Gabito en su labor períodistica de Cartagena, en la escritura de su primera obra La Hojarasca y en la consolidación literaria de su estilo, el realismo mágico. A mí la greguería que más me ha gustado de las expuestas por García Usta y que podría titular un libro sobre Oriente, es sacada del texto "La Berenjena" del escritor mexicano Gabriel Zaid en donde afirma que: "los ojos chinos tienen sueño de siglos" (Citado por García Usta, p. 139).

Foto tomada: de Taringa - Biografía de Gabriel García Márquez