viernes, 25 de julio de 2008

Adiós al Maestro Luis Villar Borda

Hoy nos embarga a todos una gran tristeza. Nuestro gran maestro el Doctor Luis Villar Borda ha muerto. Todo fuimos discípulos del Doctor Villar, en quien admiramos su amplitud intelectual, y su sabiduría, pero, sobre todas las cosas, su generosidad sin límites y alegría inconfundible.

Su hermana Beatriz nos dijo en el hospital el miércoles, al hacer presencia algunos profesores, que para él su familia también había sido la Universidad Externado: sus estudiantes en primer lugar y sus profesores, antes que colegas cordiales amigos.

Fui su amigo un poco tarde, diría hoy que al final de sus días, pero gracias a esa breve amistad pude conocer a una persona con una mente brillante, a un humanista, a un consejero y a un Maestro con todo lo que esta palabra implica. Su interés por la filosofía jurídica, por la teoría jurídica y especialmente por Hans Kelsen, llegó a contagiármela como ha pasado con muchos de los que recibimos sus enseñanzas. Pudimos disfrutar de su decencia y caballerosidad, como también de su humor cachaco cargado siempre de ironía y de astucia. Lector inconmensurable, estudió en el Liceo Cervantes de Bogotá y en la Universidad Nacional por los años cuarenta. Fue amigo personal de Gabriel García Márquez, del cura Camilo Torres, de Plinio Apuleyo Mendoza y de Alfonso López Michelsen, con quien militó en el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL).

El doctor Villar tuvo que exiliarse en Alemania en tiempos de Rojas Pinilla, en donde estudió en la bella ciudad de Leipzig y luego en la ciudad de Berlín, en donde realizó cursos de postgrado en la Universidad de Humboldt. El doctor Luis Villar Borda fue presidente de la Cámara de Representantes, embajador en Suecia y Finlandia, en la Républica Popular China y en la República Democrática Alemana (DDR), en donde fue “el último embajador” de Colombia en dicho país antes y después de la caída del muro.

Desde los años noventa dirigió el Departamento de Gobierno Municipal en la Universidad Externado y paralelamente se dedicó a la Filosofía del Derecho y la Teoría Jurídica con gran pasión intelectual. Gracias a la colección “Serie de Teoría Jurídica y Filosofía del derecho" editó obras de autores como Robert Alexy, Joseph Raz, Robert Walter, Luigi Ferrajoli, Stanley Paulson, Dolf Stenberg, Martin Borowsky, Bernd Rüthers, Ulfried Neumann y José María Rosales, entre otros. También tradujo al castellano las obras de Robert Walter, Hasso Hofmann y Arthur Kauffmann, haciendo un gran aporte a la doctrina colombiana e hispanoamericana en general. Charlar con el doctor Villar era uno de los mayores placeres, le gustaba hablar de política, de sus viajes, de literatura y de música. Tenía especial interés y gratitud con China y Alemania, sus países favoritos. Cuando lo visité el lunes en el hospital me contó que había terminado el prólogo para una obra de un autor norteamericano que saldría pronto y en la mesita de noche bajo una lupa, tenía el último libro de Santiago Gamboa, “Hotel Pekín”.

Ya se siente el vacío en la Universidad Externado, en donde veíamos al doctor en sus clases, en el café o caminando lentamente por los pasillos, de gabardina y paraguas, con su simpatía habitual. El doctor Villar muere de pie como los buenos árboles y deja en nosotros un gran dolor. Solo quería decirle al Doctor Villar con esta nota de despedida que siempre lo tendremos en nuestro corazón, conservando sus enseñanzas y ejemplo de dedicación académica e intelectual. Que todos fuimos discípulos suyos y que dará excelentes frutos la semilla que sembró entre nosotros !Muchas gracias Maestro!