domingo, 29 de abril de 2007

Las Paradojas de la pobreza - columna de Kendon y Pogge en Bogotá


Hoy es un día domingo que siempre en la psicología social parece estar dedicado para el descanso la reflexión y por tener el sentido de volver al orden después del fin de semana que se acaba.

Hemos estado publicando una serie de notas acerca de teóricos que han reflexionado desde la filosofía y la economía en torno al problema más latente de nuestro nuevo siglo: la pobreza, la miseria y la desigualdad entre países y personas. Nos hemos estado preguntando el por qué de la muerte por desnutrición (eufemismo para "hambre" según Héctor Abad Gómez) de los niños en el Chocó, y el por qué nos encontramos todavía en un mundo de prosperidad creciente con gente miserable que deambula por semáforos o se estancan en barrios marginales como en los suburbios de Soweto, apartados y ocultos a los ojos de nuestro florecimiento.

Le preguntaba a Villar Borda, un gran amigo y profesor de filosofía del derecho en la Universidad, sobre mi deseo de concentrarme este año en el tema de la pobreza desde el derecho. Es decir cómo podemos los juristas plantear desde nuestra especialidad unos presupuestos para erradicar dicha problemática, en el sentido de qué es el derecho el que regula y resuelve los problemas y conflictos de las sociedades

Villar me contestó: "Primero que todo tiene usted que pensar como tema en "la pobreza intelectual". Y le doy la razón al profesor Villar ya que que hay muchos tipos de carencias o "pobrezas" y una de estas en nuestro ámbito es la falta de teoría, la ausencia de reflexiones serias que delimiten el problema y propongan postulados para la solución una serie de falencias de nuestra organización humana.

El filósofo Guillermo Hoyos en la presentación del libro de Francisco Cortés sobre la justicia global como solución al tema de la pobreza, decía el viernes en la Feria del Libro que ya los filósofos lo habían dicho todo, que ya se estaba sobreinterpretado el tema y que ahora la pelota de la reflexión y el análisis teórico estaba en el campo de los economistas. Ausencia de reflexión o no, el problema desafortunadamente persiste.

También me llamo la atención esta semana la columna del sábado en el Tiempo de Kendon Mac Donald, quien nos recuerda que si a usted le ha causado preocupación el tema de los 40 niños muertos en el Chocó y usted no está haciendo nada para remediar dicho estado de cosas, usted también es responsable de dichas muertes, y plantea que la sociedad civil, si se une en todas los campos y especialidades como, la cocina en su caso, también puede contribuir en la propuesta de soluciones.

Este es la tesis que desde la filosofía moral y política propone Thomas Pogge, que el día viernes 4 de mayo, nos visitará en Bogotá: "La extensa pobreza extrema puede persistir, porque no sentimos que su erradicación sea moralmente imperiosa. Y no podremos reconocer la imperiosidad moral de dicha erradicación hasta que aceptemos que tanto la persistencia de la pobreza, como el incesante aumento de la desigualdad global son lo suficientemente preocupantes como para merecer una seria reflexión moral". (Negrilla nuestra en: Thomas Pogge, La pobreza en el mundo y los derechos humanos, p. 15)

Pogge plantea que el cambio de perspectivas respecto a la necesidad moral de erradicar dicho problema corresponde a todas los espectros de la sociedad empezando por las sociedades y personas opulentas o "que les haya ido bien" como dice Mc Donald.

Los invitamos a leer la columna de Kendon, así como una reseña del último libro de Pogge y el primero traducido al español. Recordamos a nuestros lectores que Thomas Pogge viene a presentar el viernes en Bogotá su texto, invitado por el Instituto Pensar de la Universidad Javeriana. La cita es el próximo viernes 4 de mayo a las 6:00 p.m en el Auditorio Luis Carlos Galán. La Entrada es Libre.

Links:

- Columna de Kendon Mac Donald del sábado 27 de abril


- Reseña del libro de Pogge "La pobreza en el mundo y los derechos humanos", editorial Paidós,