
Dejando por hoy de lado los comentarios jurídico -
políticos que caracterizan de cuando en cuando a este blog, y también pasando página de la importante y alegre noticia del rescate de
Ingrid, los norteamericanos y los 11 militares, que prometo comentar una vez
digerida con más calma la noticia, me atrevo a
postear una nota literaria... Se trata de las "greguerías en
García Márquez", tema que analiza Jorge
García Usta en su libro "
García Márquez en
Cartagena" (
Seix Barral, 2007), que nos relata la etapa de periodista de
Gabo en el periódico
El Universal de
Cartagena, bajo la tutela del jefe de redacción Clemente Manuel
Zabala y su lápiz rojo de corrector, y de sus colegas y amigos Gustavo
Ibarra Merlano,
Héctor Rojas
Erazo y Ramiro y
Óscar de la
Espriella, todos ellos costeños de pura cepa. Durante esta época el Premio
Nobel recibió la influencia de autores norteamericanos e ingleses como
Faulkner, Dos
Passos,
Truman Capote y Virginia
Wolff, pero también de periodistas de lo insólito como
Ripley, y el novelista italiano
Curzio Malaparte. También nos cuenta
García Usta la influencia directa en
García Márquez de las técnicas de greguería que el español Ramón
Gómez de la Serna había utilizado en algunos textos, imponiéndolo como una forma de sorprender al lector con frases cortas,
desconcertantes, contradictorias pero ingeniosas y reflexivas. La influencia de la greguería de
Gómez de la Serna en
García Márquez se comprueba por ejemplo en las frases del
Amor en los tiempos del Cólera del doctor Juvenal
Urbino en torno a los sabores, quien después de probar una tisana, dice que "
sabe a ventana" (
García Usta, p. 129). También en
Crónica de una muerte anunciada García Usta encuentra una greguería cuando se lee la recomendación de la madre del narrador a las mujeres de la casa: "
lo único que mi madre les reprochaba era la costumbre de peinarse antes de dormir. "Muchachas - les decía -: no se peinen de noche que se retrasan los navegantes". La greguería es definida por el diccionario de la Real Academia como "
Agudeza, imagen en prosa que presenta una visión personal, sorprendente y a veces humorística, de algún aspecto de la realidad y que fue lanzada y así denominada hacía 1912 por el escritor Ramón Gómez de la Serna". De
Riquer y
Valverde en su
Historia de la literatura universal (Planteta, 1986), también explican qué es una greguería: "
La greguería alguna vez se basa en una imagen, pero esto no ocurre ni en la mayor ni en la mejor parte de los casos. No está mal que diga: "La larga cola de la novia es la vereda que conduce hasta el novio desorientado". Y también tiene gracia esta parodia de sinestesia simbolista - modernista: "Después de comer alcachofas, el agua tiene sabor azul". Pero es mejor la greguería cuando dice, por ejemplo: "La estatua en cuya cabeza se fija una paloma debería sonreír". O, lo que hubiera envidiado Jules Renard: "El mono no entiende pero está siempre queriendo entender" (...) Pero otras veces la greguería se pone casi trascendente: "El día de la resurrección, todos aparecerán con trajes nuevos". O: "La muerte es hereditaria". Más típicamente, se suele tratar de una ocurrencia apoyada en alguna sensación o imagen: "Al levantarse el telón viene del escenario un viento frío como del otro mundo, del mundo de la inmortalidad de los grandes repertorios". O, aún mejor, pillándonos descuidados: "No gozamos bien del canto del ruiseñor porque siempre dudamos de que sea un ruiseñor". Como ven hay greguerías que son mejores que otras, o más bien hay greguerías que les gusta más a unos que a otros.
García Usta sostiene que la greguería influenciaría directamente a
Gabito en su labor
períodistica de
Cartagena, en la escritura de su primera obra
La Hojarasca y en la consolidación literaria de su estilo, el realismo mágico. A mí la greguería que más me ha gustado de las expuestas por García Usta y que podría titular un libro sobre Oriente, es sacada del texto "La Berenjena" del escritor
mexicano Gabriel
Zaid en donde afirma que: "
los ojos chinos tienen sueño de siglos" (Citado por
García Usta, p. 139).
Foto tomada: de
Taringa - Biografía de Gabriel García Márquez