viernes, 8 de agosto de 2008

Columna de Mariana Jaramillo

LA PARTICIPACIÓN DE LA SOCIEDAD CIVIL

Por : MARIANA JARAMILLO FONSECA*

En los últimos tiempos en Colombia la participación de la sociedad en los asuntos políticos ha cambiado. La sociedad colombiana ha pasado de ser un observador pasivo y criticón a tomar acciones concretas aunque con pocos resultados. Se sabe que no es fácil lograr resultados desde la sociedad civil pero de forma gradual se ha ido viendo como la organización de la sociedad logra ser visible cuando antes era una masa desordenada.

En estos tiempos de globalización en donde gracias a internet la unión parece tan sencilla, no lo es en realidad. Organizar la sociedad civil ya no es parte de un solo estado. Las fronteras geográficas que antes lo impedían todo, ahora están borradas y las causas por las que se lucha son trasnacionales y agrupan a gente de todos los lugares y con todas las filiaciones políticas y religiosas posibles. Con el paso del tiempo, la misma sociedad civil ha entendido que tiene poder y que debe usarlo, ojalá para buenas causas. Por ello las organizaciones ciudadanas cada día crecen más y defienden muchas causas unas locales (dentro de una ciudad o un barrio) y otras globales (la escasez de alimentos, el cambio climático, la discriminación, la pobreza etc).

La organización de la sociedad civil ahora corre por cuenta de los medios de comunicación y de las redes que facilitan formar las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones). Pero aunque las TIC invadan el mundo, en países como el nuestro el acceso a ellas continúa siendo de élite; por ello, las organizaciones civiles de nuestro país no son maduras, están en proceso de construcción y no aglutinan población como deberían. Además parece que en Colombia entienden que la sociedad civil solo debe hacer marchas cuando su tarea es mucho más grande y debe ser más constante y organizada, si quiere lograr objetivos y no meros impactos mediáticos sin trascendencia. La naciente sociedad civil colombiana debe entender que su tarea requiere de una organización humana y financiera seria que busque objetivos y que se convierta en gestora de las necesidades de la sociedad. Al buscar esa organización formal es necesario tener claro que hay que tratar de mantener la independencia financiera porque eso garantizará la independencia para actuar y lograr metas concretas. Hablo de independencia, porque existen muchas entidades que al ver el poder de la sociedad civil quieren intervenir al lado de ella para lograr beneficios. Mantener una organización civil es una tarea titánica que tampoco garantiza en un 100% el logro de objetivos. Requiere paciencia y gran constancia para conseguir que las causas que promueva logren ser aceptadas, visibilizadas y apoyadas.

Aunque en Colombia aún no hay una estructura civil clara, creo que se han dado pasos importantes que no pueden quedarse ahí solamente. El trabajo que sigue no es fácil y tampoco se puede echar en saco roto lo que se viene haciendo desde el movimiento de las Séptima Papeleta en los 90 hasta las marchas de este año: 4F, 6M, y 20J.

Considero que el poder de la sociedad civil es inmenso y que no se trata solo de marchas o manifestaciones sino de una intervención más profunda que además de tocar la incipiente conciencia política colombiana, trate de lograr objetivos a largo plazo que transformen la política a favor de la ciudadanía y sus intereses. Esto será posible mientras: las TIC se masifiquen, los medios de comunicación dejen de subestimar estas manifestaciones, y sus gestores entiendan el poder que tienen y actúen a largo plazo por objetivos que vayan más allá de la convocatoria.

* PSICÓLOGA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

MAGISTER LITERATURA HISPANOAMERICANA INSTITUTO CARO Y CUERVO - COLUMNISTA DEL PERIÓDICO "EL NUEVO DÍA - IBAGUÉ"