domingo, 18 de marzo de 2012

¿De dónde viene el Post Tenebras spero lucem?




Habrá que preguntarle a Juan Camilo Rodríguez, historiador de la Universidad Externado, para ver cuándo fue adoptada la frase "Post tenebras spero lucem" como lema de la Universidad. Lo cierto es que este lema nos ha distinguido para bien o para mal a lo largo de los 126 años de la historia de nuestro Externado, desde Nicolás Pinzón Warlosten cuando en la Regeneración y bajo la batuta de Miguel Antonio Caro y su ley de los caballos de 1888, se obligó a cerrar el primer claustro, hasta la muerte de ocho de sus profesores en los hechos del Palacio de Justicia en 1985 y el asesinato en tiempos de Pablo Escobar y del narcoterrorismo de profesores como Enrique Low Murtra o Jesús Antonio Bejarano. El "Post tenebras" no nos ha dejado de acompañar nunca y se convierte siempre en un lema de esperanza ante la adversidad.

Buscando un poco sobre la historia de este lema encuentro en Wikipedia en inglés que la frase original esta en la Biblia en la versión Vulgata de Job 17.12 que dice que:

11. Dies mei transierunt cogitationes meae dissipatae sunt torquentes cor meum
12. Noctem verterunt in diem et rursum post tenebras spero lucem
13. si sustinuero infernus domus mea esta in tenebris stravi lectulum meu

También se dice que dicha frase fue adoptada como lema calvinista y de toda la reforma protestante, y que fue adoptada por la ciudad adoptiva de Calvino, Ginebra - Suiza - como lema en su acepción corta: "Post tenebras lux". También se dice que dicho lema está grabado en el Muro de los Reformadores en Ginebra y en el Monumento de los hugonotes en Franschhoek, Sudáfrica. Del mismo modo ha sido utilizado como lema de Chile, antes de reemplazado por el lema actual "Por la razón o por la fuerza", por la American International College (Springfield, Massachusetts) y por el Robert College en Turquía. Por último se dice que ha sido utilizado como título de una conocida historia de Harry Potter. Curiosamente ya se tiene en la cita de Wikipedia que la Universidad Externado de Colombia lo utiliza como lema. Ver aquí.

La única contribución que tengo que hacer para esta investigación es que en la primera edición del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra la editorial tenía en su sello dicho lema "Post tenebras spero lucem".

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Adenda. Nuestro amigo José Felix Chamie nos dice lo siguiente: "El Maestro se refirió al lema en su Alocución por los actos conmemorativos del primer Centenario de la fundación del Externado el 14 de febrero de 1986. Se puede leer en la compilación de la profesora Emilssen González de Cancino, o bien en Reflexiones de un Librepensador, p. 501 y ss. Allí el Rector explica todo el sentido del lema". Gracias a este comentario complementamos con el discurso del Rector en el Centenario:

"Post tenebras spero lucem. Mucho me ha excitado la curiosidad sobre el origen, el significado, la proyección de este lema que exorna nuestra heráldica. Se le suele remitir al libro de Job en la Biblia: "Pusieron la noche por día, y la luz se acorta delante de las tinieblas". Desde el medievo, la inquieta y rebelde ciudad de Ginebra lo incorporó a su escudo. "Después de las tinieblas vendrá la luz", mas ¿Cómo y cuándo?

Se dice que el mundo de la mitología de los nórdicos es un mundo extraño. Asgard, el hogar de los dioses no se parece a ningún otro cielo soñado por el hombre. En él no hay irradiación de goce, ninguna certidumbre de felicidad. Es un lugar grave y solemne, sobre el que pende la amenaza de una catástrofe inevitable. Los dioses saben que algún día serán destruidos: vendrán sus enemigos y los doblegarán hasta la derrota y la muerte. La causa de las fuerzas del bien, que luchan contra las fuerzas del mal, es desesperada. Sin embargo, los dioses habrán de luchar por el bien hasta el fin.

Lo mismo acontece con la humanidad. Igual que todos los dioses, hombres y mujeres no tienen esperanza frente al mal. Todos saben que nada los podrá salvar: ni el coraje, ni la resistencia, ni una gran hazaña. Con todo, no ceden; mueren resistiendo, pero ciertos de la derrota y la destrucción finales.

El único consuelo posible para el espíritu humano en su descorazonamiento, es el heroismo; y no hay heroismo sino en las causas perdidas. El héroe acredita su calidad muriendo. El poder del bien se manifiesta, no triunfante sobre el mal, sino resistiéndolo con perseverancia, seguro a la vez de la propia derrota.

Todas las sagas nórdicas son trágicas: "La única luz en la oscuridad es el heroismo".

Por el contrario, el sol del mediterráneo incita a una actitud más esperanzada y nos anima a cantar con Hesíodo: "escucha la justicia y olvida la violencia, ésta es la ley que el Cronida ha prescrito para los hombres: que los peces, las fieras, las aves de rapiña se devoren entre sí, puesto que entre ellos no existe la justicia; pero que ésta viva entre los hombres, porque es para ellos el mejor de los dones que ha recibido de Zeus".

Resistir, porfiar, no ceder, seguir creyendo en los méritos del ser humano en la posibilidad de la educación; derecho, justicia, amar la heterogeneidad y buscarla, igual que la solución pacífica de los conflictos. Posiblemente el mal con el que estamos obligados a luchar se encuentra en nosotros mismos, sin que sepamos a la postre quién vencerá. Mientras, por imperativo de conciencia sigamos luchando. Busquemos esa luz en medio de las tinieblas. El heroísmo como virtud cotidiana: vivir con dignidad y, llegado el momento, saber también que morir con ella.

Cien años de educación para la libertad. Somos la herencia del liberalismo radical. Llevémosla ufanos y con decoro. Esforcémonos por seguirla mereciendo, preservémosla y enriquezcámosla.

Con nuestros recuerdos, con nuestros pesares, pero sin rencor; rememorando nuestras glorias, alegrías y satisfacciones, iniciemos arrogantes el segundo centenario, firmes en nuestras convicciones, seguros de nosotros mismos, jubilosos de la confianza de nuestros compatriotas y con la ilusión de trabajar honesta y tesoneramente por una nación más amable para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Una y otra vez, por Colombia, adelante, con denuedo".

(Alocución al iniciarse los actos conmemorativos del primer centenario de la fundación del Externado, Bogotá, 14 de febrero de 1986. Rector Fernando Hinestrosa Forero).