Gracias a mi amigo Francisco 
Barbosa pude enterarme ayer de las primeras líneas del Discurso que 
pronunciaría Mario Vargas Llosa al recibir el 
Nobel de Literatura 2010. Empezaban el discurso diciendo que lo mejor que le ha pasado en la vida había sido aprender a leer a los cinco años, gracias a las clases del hermano 
Justiniano del colegio de la Salle en 
Cochabamba, Bolivia. Tuve la oportunidad de conocer al hoy 
Nobel de la Literatura en las clases de Verano de la Universidad Internacional 
Menéndez Pelayo en Santander en el año 2003,  finalizando mi tesis de doctorado en España. Allí Vargas Llosa dio un curso sobre el libro 
Los Miserables de 
Víctor Hugo titulado 
¨El autor y su obra en torno a los miserables¨, curso que después convertiría en libro bajo el título 
¨La tentanción de lo imposible¨.No se dónde tenga guardadas las fotos con Vargas Llosa, pero el escritor peruano que entonces tenía 67 años, se veía galante como un lord inglés, y ya desde entonces se rumoreaba que obtendría tal vez ese año el 
Nobel. El 
Nobel no fue para Vargas Llosa ni para el 2003,  ni para el 2004, ni para el 2005, sino que se tuvo que esperar siete años desde aquel entonces para recibir el galardón. Siempre estando en las cábalas, pero luego teniendo que dar 
explicaciones de por qué este año no.
En el curso de verano de la 
Menéndez, Vargas Llosa siempre fue atento con los estudiantes y asistentes, se veía que disfrutaba lo que hacía, y se mostraba como un hombre riguroso y puntual. Llegaba a la hora y terminaba a la hora en punto comentando y degustando algunos de los pasajes de Los 
Misérables y de su vida en París, hablándonos de la sicología de 
Jan Valjean y de 
Cosette a veces 
pronunciando a la francesa, idioma que se veía que amaba.
Una de las historias que más me 
gustó sobre los personajes de los Miserables fue la de 
Javert, el policía infatigable que le hacia insoportable la vida al protagonista, además de los 
Thénardier. 
Javert era una persona que cumplía rigurosamente la ley y los deberes al tenor de ¨Dura 
lex sed 
lex¨ (Dura es la ley pero es la ley). Sin embargo, después de un episodio en donde 
Jean Valjean le salva la vida, 
Javert decide devolverle el favor y dejarlo huir después de que finalmente había apresado a este hombre condenado a pena de prisión perpetua por robar un trozo de pan. Después de la huida de 
Valjean, 
Javert toma la resolución de terminar con su vida arrojándose al Sena. Vargas Llosa explicó ese episodio como 
epifánico, era el hombre riguroso que no dejaba de cumplir la ley y los deberes, pero que un día decide dejarla de cumplir al dejar huir a 
Valjean. Para él el deber estaba cumplido, tal vez la moral, pero la ley había sido violada. No quedaba más que una muerte 
sublime para él en las 
aguas frías del Sena. 
Victor Hugo narra la muerte del policía tan solo en un pasaje, cuando habla del sombrero de 
Javert hundiéndose en las aguas gélidas del río de París.
Ayer recibió Vargas Llosa el premio más anhelado para todo escritor. Se sentía orgulloso y pleno, se dice que 
a Varguitas, como le decía la tía Julia en la 
Tía Julia y el Escribidor, se le quebró la voz y lloró al agradecer a su mujer. Vargas Llosa no dejó de escribir desde el 2003, año en que había publicado l
a Fiesta del Chivo. Escribió  varias obras hasta este año que publicó 
el Sueño del Celta. Se dice que Vargas Llosa con una rigurosidad 
javertsiana se levanta todos los días temprano para dedicar la mañana a la escritura sin que nadie lo moleste, por la tarde corrige. En el curso nos explicaba que la escritura  es como un trabajo diario en donde no se debe esperar la inspiración o confiar en el talento sino que se funda en la dedicación.
He leído poco de Vargas Llosa lo confieso. Me hicieron leer de manera obligada la C
iudad y los Perros en el colegio, pero leí solo un resumen. Leí finalmente el libro en el curso de Santander. De adolescente había leído 
la Muerte de Palomino Moreno y de regresó a 
Colombia en el 2004 leí 
La Tentación de lo imposible. Ahora estoy leyendo 
El Sueño del Celta. Mi amigo peruano 
Heber Joel Campos me dice que si duda la mejor obra de Mario, como le dicen en Perú al igual que a 
García Márquez le decimos ¨
Gabo¨ en 
Colombia, es
 Conversación en la Cátedral, en donde según 
Heber, se puede 
enteder la historia del Perú y su 
idiosincracia. Otro amigo, 
Arbeláez,  le gustó mucho 
la Casa Verde y otros amigos disfrutaron con 
Pantaleón y las Visitadoras, l
a Tia Julia y el escribidor y 
la Fiesta del Chivo.
Finalmente hay que decir que el premio para Vargas Llosa era esperado por todos. Que es el último 
representante del 
boom latinoamericano, no lo sé, que es un escritor talentoso y dedicado, sin duda. Que ha influenciado en mucho escritores contemporáneos del nuevo 
boom, claro, sino lean a 
Rocangliolo, Antonio 
García o Santiago 
Gamboa. Felicitaciones al escritor peruano por el 
Nobel. Felicitaciones a su 
cabellorosidad y dedicación.
Los dejo con el 
video del discurso tomado de la página del Premio 
Nobel aquí, y el texto del mismo que me leyó ayer el amigo 
Barbosa, Vargas 
Llosista de corazón.  La lectura en el 
video dura casi una hora pero vale la pena 
oirlo todo, se titula 
 ¨Elogio de la lectura y la ficción¨.