Hace tres años estuve en Buenos Aires y escribí unas notas que ahora revisando e.mails viejos encuentro titulados ¨Relatos breves de Buenos Aires¨. A veces es bueno saber que me gustaba escribir antes de los blogs... y que escribir largo sin pensar en la estrechura del post también era bueno... Aquí las historias dedicadas a Alberto Bovino y a todos los amigos argentinos.
1. Por Corrientes...
19 de septiembre de 2006
Hoy camine bastante, yendo primero a la Casa Rosada y la Plaza de Mayo, famosas por las madres de plaza de mayo que reclamaban los cadáveres de sus hijos desaparecidos. Es primavera en la ciudad de Buenos Aires, que es una mezcla entre Europa y Europa, digo, hasta ahora lo que he visto se parece un poco a Roma, otro tanto a París algunos lugares a Madrid y otros a Londres, y sin embargo el río platense es de color marrón y no azulito como se supondría, es decir que no deja de ser a pesar del maquillaje una ciudad del nuevo mundo, de los barbudos conquistadores, de los indígenas exterminados, de las olas y olas de emigrantes llegados… Esta mezcla es Buenos Aires.
Paso por la Casa Rosada y la miro solo de reojo, no estoy en tanto plan turístico, aunque no se bien en qué plan estoy. La Plaza de Mayo no es muy grande, tampoco la Casa Rosada, que se parece a un edifico de ladrillo de la city of London… camino y me encuentro con un río de gente que camina a sus trabajos por la calle Florida, esta calle me dí cuenta después, es la calle peatonal en donde se reune todo el comercio del centro, a la vera de alguna de las calles, entre Tucumán y Chile, se encuentra uno con pasajes comerciales como las Galerías, Océano etc. que recuerdan los bulevares de París, con pequeños comerciantes, allí se encuentra el relojero, el zapatero, el cigarrero, las pequeñas tiendas y sus historias. Este paisaje me hizo recordar una de tantas películas argentinas que llegaron a Bogotá, “El abrazo del oso”, la historia de un judío argentino, que trabajaba en alguno de estas Galerías y la llegada de su padre manco por defender a Israel.
Comó de nuevo carne. Ayer chorizo hoy lomo, la diferencia entre el bife de chorizo y el bife de lomo es el gordito, el de chorizo lo tiene el del lomo no. Allí me atiende una mesera experta en destapar botellas con el muslo de su pierna… pregunta nacionalidades y es más que simpática con los clientes supongo que por las propinas, escucho nacionalidades cuando pregunta, una familia mexicana, un grupo de turistas gringos liderados por un guía argentino, un europeo y el colombiano, Ah colombiano, la tierra de Shakira, pero supongo que pensaría, Ah la tierra de la coca.
Después del almuerzo llego hasta el Obelisco el símbolo de la ciudad, que se encuentra en el medio de la avenida 9 de junio, que se parece a los campos Elíseos o al Paseo de la Reforma de Ciudad de México, una calle de doble calzada, con carriles de tres carros, enorme. Sigo caminando mi plan de hoy es buscar libros, estuve por Florida en la afamada tienda de libros El Ateneo, que se encuentra en un antiguo teatro… Aparte del decorado, los libros eran los mismos de las otras librerías y la atención era mala, desilusión… Me dirijo por tanto a la calle Corrientes, Villar me había dicho que era la calle de los libros viejos (aunque lo que me hizo acordar fue aquel tango de Gardel o de Julio Sosa que oímos con el Padrino que decía “Corrientes 348, segundo piso ascensor”)…. Trate de encontrarlos pregunte y finalmente di con tres o cuatro librerías, una buena de nombre Hernández...
Después de ver algunas novedades, no muchas la verdad, compre un libro sobre leyendas urbanas de la ciudad de Buenos Aires, en donde a partir de los barrios se relata una leyenda urbana, así me leí extrañas historias de Chacarita, de Barrio Norte, de Belgrano, la mayoría con muertos y desapariciones, como la mujer que en un hospital fue operada de la vesícula por un extraño que se hizo pasar por médico, la desaparición de personas cerca del cementerio de Chacarita por parte de un taxista fantasma que convierte a los vivos en cadáveres, el restaurante Chino de Belgrano que vendía cadáveres recién asesinados a sus comensales… El libro divertido, pero ahora se encuentra ausente en los estantes lo que hace un tiempo era la buena literatura de este país: Córtazar, Borges, Bioy Casares el boom aquí ya pasó y hasta escritores colombianos para mi desconocidos y otro no tanto como Juan Carlos Botero o Laura Restrepo, así como el Best séller del momento la novela histórica de Isabel Allende, sobre la esposa de Pedro de Valdivia (conquistador de Chile) “Mi amada Inés”, ocupan gran parte de los estantes.
Me dirijó a Tribunales donde me dicen que tienen libros jurídicos, y encuentro cuatro o cinco librerías en la calle Talcahuano una de ellas Platero, me parece buena y compro algunos libros de Abellot Perrot: Tú – Tú de Alf Ross, Los exploradores de Cavernas de Fuller y un libro de Holmes titulado la Senda del Derecho. Todos estos excepto el de Holmes estudiados con mis alumnos de Introducción. El sinsabor del café es que esperaba más, mi ilusión de este viaje en parte era recorrer librerías todos los días, veo que los libreros como todos los del mundo, son hostiles, los libros se encuentran empaquetados y ninguno tiene los precios, así que tienes que preguntar constantemente, no puedes ver de que se tratan etc. Además la literatura local parece en decadencia, incluso las novedades en ensayo.
Paso por la 9 de junio y me encuentro con el famoso Teatro Colón, una vez en un Tour por el Teatro de la Ópera de Madrid el guía contó que era el tercero o cuarto teatro con mejor acústica en el mundo, alguien preguntó cuál era el primero y el guía contesto que el Colón, pensé que era el de Bogotá, pero poco después subrayo: El Colón de Buenos Aires. El Colón parece sacado de París, no se cuál creo que el Teatro de la Ópera o alguno de Trocadero, esta allí con su misma arquitectura en esta ciudad en Sudamérica. Ahora en septiembre, en primavera acá, se encuentran reparándolo por todos los flancos, así que para poder preguntar siquiera qué obra estaban presentando, o cuándo eran las visitas guiadas, tuve que hacer malabares hasta encontrarme con una gran cola de gente, que compraba boletas para el concierto de esta noche, bueno no concierto, sino el Ballet del lago de los cisnes.
Buenos Aires esta plagada de estatuas de Militares, Bogotá esta plagada de estatuas de asesinados. Las de Buenos Aires son héroes del diecinueve, de la guerra del Chaco, de Rosas, contra Brasil, de las Malvinas y otras más, las de Bogotá sobre la séptima son las de Galán, las de Diana Turbay, cerca de la Feria la de Jaime Garzón y por la 93 con 11 la de un caballo que dibujaba Alvaro Gómez también asesinado.
La ciudad atardece cerca de la torre inglesa, la torre de Londres que mira hacia el puerto bonarense, me quito los zapatos y descanso, pienso en lugares y gente y mundos ahora de nuevo pegado al cono sur.
Gonzalo A. Ramírez Cleves
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Hoy camine bastante, yendo primero a la Casa Rosada y la Plaza de Mayo, famosas por las madres de plaza de mayo que reclamaban los cadáveres de sus hijos desaparecidos. Es primavera en la ciudad de Buenos Aires, que es una mezcla entre Europa y Europa, digo, hasta ahora lo que he visto se parece un poco a Roma, otro tanto a París algunos lugares a Madrid y otros a Londres, y sin embargo el río platense es de color marrón y no azulito como se supondría, es decir que no deja de ser a pesar del maquillaje una ciudad del nuevo mundo, de los barbudos conquistadores, de los indígenas exterminados, de las olas y olas de emigrantes llegados… Esta mezcla es Buenos Aires.
Paso por la Casa Rosada y la miro solo de reojo, no estoy en tanto plan turístico, aunque no se bien en qué plan estoy. La Plaza de Mayo no es muy grande, tampoco la Casa Rosada, que se parece a un edifico de ladrillo de la city of London… camino y me encuentro con un río de gente que camina a sus trabajos por la calle Florida, esta calle me dí cuenta después, es la calle peatonal en donde se reune todo el comercio del centro, a la vera de alguna de las calles, entre Tucumán y Chile, se encuentra uno con pasajes comerciales como las Galerías, Océano etc. que recuerdan los bulevares de París, con pequeños comerciantes, allí se encuentra el relojero, el zapatero, el cigarrero, las pequeñas tiendas y sus historias. Este paisaje me hizo recordar una de tantas películas argentinas que llegaron a Bogotá, “El abrazo del oso”, la historia de un judío argentino, que trabajaba en alguno de estas Galerías y la llegada de su padre manco por defender a Israel.
Comó de nuevo carne. Ayer chorizo hoy lomo, la diferencia entre el bife de chorizo y el bife de lomo es el gordito, el de chorizo lo tiene el del lomo no. Allí me atiende una mesera experta en destapar botellas con el muslo de su pierna… pregunta nacionalidades y es más que simpática con los clientes supongo que por las propinas, escucho nacionalidades cuando pregunta, una familia mexicana, un grupo de turistas gringos liderados por un guía argentino, un europeo y el colombiano, Ah colombiano, la tierra de Shakira, pero supongo que pensaría, Ah la tierra de la coca.
Después del almuerzo llego hasta el Obelisco el símbolo de la ciudad, que se encuentra en el medio de la avenida 9 de junio, que se parece a los campos Elíseos o al Paseo de la Reforma de Ciudad de México, una calle de doble calzada, con carriles de tres carros, enorme. Sigo caminando mi plan de hoy es buscar libros, estuve por Florida en la afamada tienda de libros El Ateneo, que se encuentra en un antiguo teatro… Aparte del decorado, los libros eran los mismos de las otras librerías y la atención era mala, desilusión… Me dirijo por tanto a la calle Corrientes, Villar me había dicho que era la calle de los libros viejos (aunque lo que me hizo acordar fue aquel tango de Gardel o de Julio Sosa que oímos con el Padrino que decía “Corrientes 348, segundo piso ascensor”)…. Trate de encontrarlos pregunte y finalmente di con tres o cuatro librerías, una buena de nombre Hernández...
Después de ver algunas novedades, no muchas la verdad, compre un libro sobre leyendas urbanas de la ciudad de Buenos Aires, en donde a partir de los barrios se relata una leyenda urbana, así me leí extrañas historias de Chacarita, de Barrio Norte, de Belgrano, la mayoría con muertos y desapariciones, como la mujer que en un hospital fue operada de la vesícula por un extraño que se hizo pasar por médico, la desaparición de personas cerca del cementerio de Chacarita por parte de un taxista fantasma que convierte a los vivos en cadáveres, el restaurante Chino de Belgrano que vendía cadáveres recién asesinados a sus comensales… El libro divertido, pero ahora se encuentra ausente en los estantes lo que hace un tiempo era la buena literatura de este país: Córtazar, Borges, Bioy Casares el boom aquí ya pasó y hasta escritores colombianos para mi desconocidos y otro no tanto como Juan Carlos Botero o Laura Restrepo, así como el Best séller del momento la novela histórica de Isabel Allende, sobre la esposa de Pedro de Valdivia (conquistador de Chile) “Mi amada Inés”, ocupan gran parte de los estantes.
Me dirijó a Tribunales donde me dicen que tienen libros jurídicos, y encuentro cuatro o cinco librerías en la calle Talcahuano una de ellas Platero, me parece buena y compro algunos libros de Abellot Perrot: Tú – Tú de Alf Ross, Los exploradores de Cavernas de Fuller y un libro de Holmes titulado la Senda del Derecho. Todos estos excepto el de Holmes estudiados con mis alumnos de Introducción. El sinsabor del café es que esperaba más, mi ilusión de este viaje en parte era recorrer librerías todos los días, veo que los libreros como todos los del mundo, son hostiles, los libros se encuentran empaquetados y ninguno tiene los precios, así que tienes que preguntar constantemente, no puedes ver de que se tratan etc. Además la literatura local parece en decadencia, incluso las novedades en ensayo.
Paso por la 9 de junio y me encuentro con el famoso Teatro Colón, una vez en un Tour por el Teatro de la Ópera de Madrid el guía contó que era el tercero o cuarto teatro con mejor acústica en el mundo, alguien preguntó cuál era el primero y el guía contesto que el Colón, pensé que era el de Bogotá, pero poco después subrayo: El Colón de Buenos Aires. El Colón parece sacado de París, no se cuál creo que el Teatro de la Ópera o alguno de Trocadero, esta allí con su misma arquitectura en esta ciudad en Sudamérica. Ahora en septiembre, en primavera acá, se encuentran reparándolo por todos los flancos, así que para poder preguntar siquiera qué obra estaban presentando, o cuándo eran las visitas guiadas, tuve que hacer malabares hasta encontrarme con una gran cola de gente, que compraba boletas para el concierto de esta noche, bueno no concierto, sino el Ballet del lago de los cisnes.
Buenos Aires esta plagada de estatuas de Militares, Bogotá esta plagada de estatuas de asesinados. Las de Buenos Aires son héroes del diecinueve, de la guerra del Chaco, de Rosas, contra Brasil, de las Malvinas y otras más, las de Bogotá sobre la séptima son las de Galán, las de Diana Turbay, cerca de la Feria la de Jaime Garzón y por la 93 con 11 la de un caballo que dibujaba Alvaro Gómez también asesinado.
La ciudad es un bullir de gente en el centro, es la ansiedad de primavera, supongo, que comienza el próximo jueves, hoy me contaba alguien en un bar que su hija de cuatro años ya consciente esperaba la primavera como si fuera la aparición de Santa Claus, como algo que vendría para todo cambiar, así de chiquito cuando viví en México recuerdo que cuando se hablaba de la estación frutal se hacían festivales y verbenas.
La ciudad atardece cerca de la torre inglesa, la torre de Londres que mira hacia el puerto bonarense, me quito los zapatos y descanso, pienso en lugares y gente y mundos ahora de nuevo pegado al cono sur.
Gonzalo A. Ramírez Cleves
Links:
- Andrés y el Chino en el bar el Verde en Montevideo Uruguay tocando ¨A media Luz¨
(Letra Carlos César Lenzi y música Edgardo Donnato)
(Letra Carlos César Lenzi y música Edgardo Donnato)