miércoles, 11 de junio de 2008
Lawrence Solum en el Externado
Columna de Mariana Jaramillo
Por: MARIANA JARAMILLO FONSECA (*)
Tomado del Nuevo Día de Ibagué
Si Piedad quiere lograr objetivos políticos y de denuncia, debe ser más mesurada. De esa forma evitará distraer a la opinión y los medios con su discurso incendiario y centrarlos más en ver argumentos y pruebas sólidas de sus denuncias.
No hay que olvidar que Piedad se ha pasado de la raya con sus comentarios que, entre otras, lo único que hacen es polarizar aún más al país. Piedad ha sido siempre de la oposición, pero hasta para hacer oposición hay que se estratégico y creo que ella no lo es. Se apresura a decir cosas sin medir las repercusiones que tienen, en especial en los medios que son quienes en este momento sostienen la re-reelección. Piedad es provocadora, pero no lo está sabiendo hacer para su beneficio y el de la oposición. Los ataques personales no valen Piedad. Valen argumentos y pruebas. Valen razonamientos claros que no se presten a dobles interpretaciones como los que ha venido haciendo sobre Tirofijo.
Piedad es una mujer que ha logrado la liberación de secuestrados y tal vez por eso, por tener esa cercanía con la guerrilla mucho godo facho, que hay bastante en el país, no duda en llamarla guerrillera sin detenerse a pensar. Ella ha estado negociando con ellos, los conoce más profundamente y si tiene simpatías ideológicas con ellos es su problema. Lo grave de este asunto es que ella está queriendo polarizar hacia el otro lado el conflicto y eso no es productivo para la poca democracia que deja Uribe.
Piedad a veces se hace la víctima, pero es claro que no mide sus palabras. Por eso se siente víctima, porque lo otros interpretan y ella no es suficientemente clara. Un problema de comunicación, de interpretación, de decodificación.
Piedad necesita la ayuda de algún asesor para que sus iniciativas no se queden en generar odios y grupos en facebook. Necesita que tal vez alguien más polite la ayude con su discurso. Es hacer que su posición a nivel discursivo no genere tanto rechazo y más bien logre una movilización de los polos que hay en este momento en lo político.
Una posición como la de Piedad es necesaria, pero hay que saberla administrar para que no se quede sólo en polémicas, sino que trascienda para fortalecer la oposición, o el acuerdo humanitario o alguna cosa, pero que todo no se quede en palabras.
Con su actitud Piedad ayuda a crear pequeñas cortinas de humo porque desvía la atención de lo más importante. Eso no le conviene al país ni a la oposición. Creo que Piedad es una figura que bien encaminada sería benéfica para el escenario político de estos días. Pero hay que ver en que acaba todo. Ojalá no la maten.
Por favor sospechen de todo y de todos que aquí la mayoría miente.
Magister Literatura Hispanoamericana
Instituto Caro y Cuervo