Gracias a la labor de Carlos Javier Delgado de
Responsabilidad y Derecho y de
Blawggers internacionales, se eligió la noche de ayer al mejor post del año 2008. O más bien la elegimos todos los lectores y blawgueros - entiéndase autores de blogs jurídicos - ya que tuvimos la posibilidad en el Concurso de nominar los mejores
posts o entradas y luego votar por la que o las que más nos gustaban.
Concursaban
entradas de blogs experimentados como el del argentino Gustavo Arballo con su blog
Saber leyes no es saber derecho, que con sus posts acertados e inteligentes estaba nominado por tres de sus entradas. La primera titulada:
"El caso jurídico más interesante de los JJOO: el 49er croata que era danés" que trata sobre los aspectos jurídicos que se pueden dar en las competiciones deportivas. En segundo lugar Arballo fue nominado por un post de agosto que reflexiona sobre la reunión de blogs jurídicos en Argentina y hace algunas observaciones sobre la nueva forma de escritura a partir de los bitácoras que se diferencia de los manuales, los artículos de revista y los periódicos jurídicos, constituyéndose en una nueva forma de expresión y difusión de las ideas (El post se titula
"De BN' Blawgs: topografía de los blogs jurídicos"). Por último Gustavo fue nominado por un post titulado:
"La miseria del textualismo" en donde critica la tendencia del Juez Scalia de entender la constitución desde un originalismo apegado al texto cuando se trata de justificar cuestiones complejas y relacionadas con derechos humanos como la tortura en casos extremos.
Otro de los nominados fue el argentino Tomás Marino con su blog
Quiero ser abogado, un gran bloguero estudiante de derecho, que con post sencillos y divertidos nos expone las tácticas de supervivencia de un estudiante a través de la lectura del libro de Juan Manuel Capella ¨El aprendizaje del aprendizaje¨. Este post lo deberiamos leer todos los profesores de derecho para medianamente entender a los estudiantes y para recordar que también nosotros estuvimos alguna vez en las mismas aulas, el post se titula:
"Cómo estudiar Derecho sin hastiarse". Tomás también fue nominado con un post muy bien investigado que nos explica a qué páginas de internet tienen acceso los chinos utilizando el buscador
Mozilla Firefox, el post se titula
: "Chino por un ratito".
En tercer término, fue nominado el buen bloguero español, José Ramón López, que cuenta con dos bítacoras de especial interés para los juristas, una para civilistas
Iuris Civilis y una para los interesados en el derecho de las nuevas tecnologías, en especial para los administradores de blogs, titulado
Bloguer Law. El post de José Ramón, fue publicado en Bloguer law y se titula:
"La fiscalización de los comentarios en los blogs", en donde se explica suscintamente las obligaciones y responsabilidades de los bloguers en materia de comentarios, especialmente cuando se usan
hosts gratuitos. Del mismo modo la bloguera colombiana Carolina Botero, especialista en derecho de las nuevas tecnologías y derechos de autor, con su blog
Caro - Botero, fue nominada con su post: "
Equinoxio: La Corte Suprema sienta precedente sobre "'animo de lucro" "uso personal" etc. en donde se comenta una sentencia reciente de las Corte Suprema de Justicia de Cololombia en materia de derechos patrimoniales y derechos de autor por la copia ilegal de C.ds.
Por otra parte el bloguero argentino Diego Goldman con su blog
El extraño mundo de Diego Goldman fue nominado con el post titulado:
"Instituciones", en donde nos explica que no hay próceres ni salvadores impolutos, tomando como ejemplo la cuestión de los impuestos de la ciudad de Buenos Aires. El bloguer Gaviota Jurídica del blog
Picotazos de Gaviota de Colombia fue nominado también con el post:
"Pobreza Jurídica" en donde se hace una critica acertada sobre las pobrezas de Colombia y sobre nuestras propias falencias como juristas para afrontar dicho problema. Del mismo modo, nuestro amigo Francisco Barbosa desde Nantes, Francia, con su blog
Margen Cultural, fue nominado por un excelente post sobre la más importante sentencia de la Corte constitucional colombiana del 2008, la T - 760, el post de Francisco se titula:
"Salud para todos: T-760/2008 una afortunada decisión de la Corte Constitucional Colombiana".
Por último dejamos las entradas nominadas de Alberto Bovino, nuestro gran colega argentino que con su blog
No hay derecho estaba nominado por tres de sus entradas. La primera titulada:
"Castigo masivo de personas inocentes en América Latina" sobre la aberración que se presenta en los países de la región - entiéndase Latinoamerica - en donde el 70 % de los reclusos se encuentran detenidos pero sin condena. En segundo término la entrada titulada:
"¿Justicia ciega con jurados ciegos?", en donde Bovino explica y cuestiona, siguiendo la obsesión de Ernesto Sábato en su
Informe para ciegos, la posiblidad de admitir un jurado ciego en un juicio penal. En este post hay que resaltar también la imagen que vincula Bovino de un aviso que dice: "Por favor no pasar: sino sabe leer pregunte en boletería¨, que puede ver
aquí. El último post nominado de
No hay derecho fue titulado
: ¨Recordando a Nino: sobre colores y un profesor extraordinario" en donde Alberto de una manera muy sencilla y sentida nos contaba los recuerdos que tiene de Carlos Santiago Nino, uno de los mejores juristas latinoamericanos del siglo XX.
Esta última entrada sencilla, sentida, sin pretensiones pero con una gran carga sentimental que nos ilustra la personalidad, el carisma y la humildad del profesor argentino fue escogida por los lectores de Blawggers internacionales como
la mejor entrada del año. Felicitamos a Alberto Bovino por este galardón, ganó de forma abrumadora con
44 votos para un 35% de acogida, pero esto no fue lo importante, lo importante fue que el Concurso fue un éxito, que pudimos releerlnos y divertirnos en la escogencia de las entradas y así conocernos mejor.
Gracias a Carlos Javier por este gran concurso y que se siga para el 2009, con más nominaciones como el mejor Blawg, el mejor blawg nuevo, el mejor comentario, el blawg más social, la mejor imagen insertada, el mejor video, podcast, pdf... etc... En
Iureamicorum vincularemos hasta el 2009, a La mejor entrada del año, para que los lectores puedan disfrutar de este buen post que pueden leer a continuación y cuya entrada original pueden mirar
aquí...
Recordando a Nino
-Sobre colores y un profesor extraordinario-
En mi último año de carrera de grado tuve la inmensa suerte de poder anotarme en una materia electiva con Carlos Nino (segundo cuatrimestre de 1990). La materia, que era bimestral, se llamaba "La legítima defensa". Nos habíamos anotado juntos con Alejandro Álvarez, quien, como yo, entonces era ayudante-alumno de Julio Maier.
Desde el principio del curso dos cosas me llamaron la atención. En primer término, siempre que el prof. Nino debía mencionar un color elegía colores tales como el rojo, marrón o rosado. Muchos se pregntarán qué tiene de particular esto. Lo que lamaba la atenciónera que Carlos Nino pronunciaba las "erres" de una manera casi ininteligible (maggrgggrgón, grrrgrrgojo). Pero eso no parecía molestarle, o acaparar su atención.
Lo que sí concentraba su energía era la exposición, argumentación y fundamentación de ideas, principios y consecuencias de carácter normativas. En este aspecto, pocas veces pude ver cómo un profesor motivaba tanto a los asistentes al curso mediante el debate continuo, el análisis crítico y el presupuesto de no dar nada por supuesto.
Y si algo le resultaba particularmente interesante, era la posibilidad de debatir con quien lo contradecía, y no con quienes estaban —o pretendían estar— de acuerdo con sus ideas. En mi caso, yo hacía, en muchas ocasiones, de contradictor respecto de lo que Nino decía que Sancinetti decía —con Sancinetti muchas veces tenía que hacer lo mismo—, a pesar de que jamás estuve de acuerdo con la teoría de la imputación de MS.
Afortunadamente, a medida en que el curso avanzaba se hablaba cada vez menos de legítima defensa y cada vez más sobre teorías de la imputación y fundamentos del derecho penal. Sin embargo, para aprobar el curso debíamos escribir un paper sobre ese tema, esto es, la legítima defensa. Un día nos acercamos a Nino al final de la clase y Ale Álvarez le pidió para escribir sobre teorías de la pena, mientras que yo le pedí para escribir sobre su trabajo La huida frente a las penas, que estaba por ser publicado en "No Hay Derecho". El trabajo comentaba críticamente el entonces reciente libro de Zaffaroni "En busca de las penas perdidas", y dio origen a un fructífero debate (ver ¿Vale la pena?, en "No Hay Derecho").
En la clase final, después de entregar los trabajos y las notas se quedó cerca de una hora en el pasillo discutiendo con los dos, con un entusiasmo digno de otros interlocutores pero no de nosotros. Ese día confirmé mi valoración de las extraordinarias cualidades docentes de Carlos S. Nino.
Un par de años más tarde —ya recibido—, lo invitamos a uno de los Congresos Nacionales Universitarios de Derecho Penal y Criminología (creo que al de santa Fe o Rosario), organizado por estudiantes y graduados jóvenes (mejor dicho, recién graduados, porque yo no daba en la categoría de "graduado joven").
No recuerdo por qué motivo se lo invitó a una de las cuatro comisiones temáticas, que trabajaban simultáneamente, en vez de pedirle que interviniera en una de las conferencias plenarias. Por supuesto, eso no planteó ningún problema para él. Cuando llegó, pensaba que se encontraría con un pequeño grupo de obsesivos de alrededor de cincuenta personas. Al enterarse de que había más de mil asistentes, entró en una especie de orgasmo académico. Cuando le tocó exponer en su Comisión, las tres comisiones restantes quedaron vacías y prácticamente todos los asistentes nos apretujamos para escuchar su conferencia.
Los más irreverentes —que fueron quienes más discutieron con él— lo corrían por izquierda todo el tiempo. Pocas veces fui testigo de un hecho académico tan extraordinario, y de un expositor ya consagrado que disfrutara tanto debatiendo con estudiantes y jóvenes graduados a quienes nos dio una magnífica lección sobre humildad y respeto por el disenso.
Un año más tarde, mientras estudiaba en New York, me enteré de su fallecimiento. Recuerdo el terrible dolor de uno de sus discípulos, mi amigo Roberto Saba, compañero de la Facultad y el único "nínico" de "No Hay Derecho". Ese día perdimos a un familiar, a un maestro, y a un profesor extraordinario.
Alberto Bovino