viernes, 27 de marzo de 2009

Noticias viejas de HLS



Tampoco tenemos los blawgs que tener primicías cada cinco minutos y he decidido titular este post ¨Noticias viejas de HLS¨, si yo también hasta ahora me enteró que ¨HLS ¨quiere decir Harvard Law School la prestigiosa universidad norteamericana que en nuestro imaginario esta como the best of the best de toda la Academia estadounidense y del mundo... Este imaginario viene desde las películas gringas hasta ahora, que volvio a ponerse de moda porque Obama estudio allí... Ahí van las noticias viejas de Harvard:

Noticias viejas del 2008:

1. Febrero 2 de 2008, Carl Sunstein a la Universidad de Harvard. El profesor de derecho constitucional Carl Sunstein (Harvard 78) decide vincularse a la Facultad de derecho de la Universidad de Harvard. Sunstein, que viene de la Universidad Chicago, amigo de Obama y de Gargarella, será el director de "Risk regulation", traducción que haré chambonamente como "Director de regulación de riesgos" .... La decana Elena Kagan dice que Sunstein ¨es el autor más prolífico de nuestros días, el más citado y el más influyente¨. Trabaja en temas de derecho administrativo, políticas públicas, derecho constitucional, teoría del derecho y filosofía política... Para ampliar la noticia pinche aqui... !Primicia!

2. Noviembre 24 de 2008, la mexicana Maria Amalia Amaya Navarro, Master en derecho de Harvard (LL.M) de la promoción del año 2000 y Doctora en derecho de Harvard del 2007, gana el premio Europeo a la mejor tesis doctoral en teoría del derecho que otorga la European Academy of Legal Theory. El título de la disertación es ¨An Inquiry into the Nature of Coherence and Its Role in Legal Argument¨, por favor hagan la traducción ustedes, me siento incapaz de hacerlo, pero tiene algo que ver con la naturaleza de la coherencia y su rol en la argumentación legal ... como les vengo diciendo mi inglés no da para tanto. Para ampliar la noticia pinche aqui... !última hora!.

*Para la hoja de vida y algunas publicaciones en red de Amalia Amaya pinche aqui (Información del Instituto de Investigaciones filosóficas de la UNAM en donde labora). También tiene un paper en pdf. que tiene en red titulado: "Justification, Coherence and epistemic responsability in legal fact - finding"

3. Diciembre de 2008 The Green Back una revista dedicada a premiar los mejores libros del 2008, galardona a cinco de los libros y escritos publicados por profesores de la HLS. Green Back, la organización que premia los mejores escritos de derecho del 2008 (Más de 25.000 palabras) incluyó dentro de los mejores libros de derecho del 2008 a tres autores ex alumnos de Harvard y dentro de los articulos cortos a otros dos. Los escritos referenciados son los siguientes:

Libros y articulos largos:
- William J. Stuntz "The unequal justice" - Harvard Law Review No 1969 (2008)
- Laurence Tribe "The invisible constitution" - (Oxford University Press, 2008)
- Jonathan Zitrain "The future of the Internet and how to stop it" (Yale University Press, 2008)

Escritos cortos:

- Michael Klarman "Unfinished Bussiness: Racial equality in American History", (Oxford University press, 2007)
- Joseph Singer "Things that We would like to take for granted: Minimum Standards for the legal framework of a free and democratic society" (Harvard Law & Policy Review, No 139, 2008)

La lista completa de ganadores aqui

Mayor información pinche aqui.. !Exclusiva!

Editorial de El Espectador sobre la ¨Nueva Corte Constitucional¨

Casi nunca subimos editoriales enteras a Iureamicorum, pero esta la amerita. Buena opinión critica del Espectador.

La nueva Corte Constitucional

CONCLUIDO EL PROCESO DE NOMbramiento de los nuevos magistrados de la Corte Constitucional, con la designación casi por unanimidad de dos candidatos propuestos por el Presidente de la República, el país siente desconfianza por lo que ha de ser el futuro de esta corporación, que a través de los años se ha ganado el respeto y el cariño de los colombianos.

En el proceso de selección de los seis magistrados que llegan a renovar la Corte Constitucional adquirieron preponderancia más los criterios políticos que las calidades jurídicas de los elegidos, desconocidos en el campo constitucional sobre el que ahora deberán dictar sentencia.

En el nombramiento de los dos últimos magistrados elegidos, los doctores María Victoria Calle y Jorge Pretelt, todo indica que tanto el Gobierno como el Senado prefirieron constatar que los nuevos funcionarios fueran confiables a sus intereses, en vez de rastrear sus competencias como juristas. Por eso la votación en el Senado resultó aplastante a su favor para sumarse ahora a colegas que, en su mayoría, respiran un talante oficialista.

A finales del año pasado, también con una mayoría indiscutible en el Senado, fueron nombrados magistrados de la Corte Constitucional los doctores Luis Ernesto Vargas, Juan Carlos Henao, Jorge Iván Palacio y Guillermo Mendoza. Entonces quedó el sabor de que alcanzaron tales dignidades, más por interés particular del Gobierno, que porque hubiesen confirmado sus ejecutorias e independencia.

Así las cosas, estos seis magistrados nuevos han de sumarse a los tres que ya venían, los doctores Humberto Sierra Porto, Nilson Pinilla y Mauricio González, estos dos últimos reconocidos simpatizantes del actual gobierno. El último, de hecho, pasó directamente de secretario jurídico de Palacio a juez del tribunal constitucional.

Puestas en perspectiva las cosas, es inevitable sentir que la bien ganada reputación de la Corte Constitucional como un ente transparente y autónomo ha quedado en peligro.

El asunto inquieta hondamente, por el papel trascendente que en la vida institucional y hasta la cotidiana de los ciudadanos representa la Corte Constitucional, como el gran despacho público que se hizo eco y se convirtió en garante de los derechos fundamentales de los colombianos. Y también preocupa por la condición de árbitro de las grandes controversias bajo la cual oficia la Corte Constitucional, como la que se avecina con el juicio de constitucionalidad que ha de enfrentar, o bien el referendo reeleccionista o eventualmente el Acto Legislativo que reforme la Carta Política para permitir la segunda reelección inmediata del presidente Uribe.

Esta nueva Corte Constitucional no es la que el país deseaba ni la que se necesita en la hora actual, pues de impartir aprobación a la segunda reelección inmediata, sobre ella pesará la duda fatal de haber obrado para favorecer al mandatario que de una u otra manera intervino en sus nombramientos.

Ya va siendo hora de que el país revise los sistemas de elección de los magistrados de las Altas Cortes, para ponerlos a salvo de la politiquería o del gobierno de turno. Lo sucedido con los nuevos magistrados de la Corte Constitucional evidenció el error de la Carta Política del 91 al propiciar la intervención de los políticos en la escogencia de sus más altos jueces.

El derogado sistema de la cooptación, en virtud del cual los magistrados se eligen ellos mismos, con algunos ajustes, podría ser repensado, de manera que la cúpula de la justicia, y en particular la constitucional, pueda volver a ser absolutamente confiable.

Links:

- "Eligen dos nuevos magistrados a la Corte Constitucional", Revista Semana, miércoles 25 de marzo de 2009, consulta online

- "La Nueva Corte Constitucional" - Iureamicorum, lunes 23 de marzo de 2009


Imágenes del sepelio de Tirofijo

Pueden ver en este video las imágenes del sepelio de ¨Tirofijo¨ publicado por El Tiempo multimedia, de la cadena Telesur. Sin embargo y como siempre se tienen dudas sobre la autenticidad del video y se dice que puede ser el miembro del secretariado de las Farc Noel Mata Mata. Sin embargo, yo creo que si es Tirofijo, eso de besar cadáveres que no son familia de uno, solo parece ser propio de líderes como Mao o Stalin... Ojo al televisor que se ve al fondo del cambuche...

Columna sobre los Cínicos - Antonio Caballero

Me recomendarón esta excelente columna de Antonio Caballero sobre los Cínicos... Publicada en Soho en el número 106 de marzo de 2009.


Por: ANTONIO CABALLERO

Hay que salir en defensa de las malas palabras. Por malas palabras entiendo, no las llamadas "feas", como "carajo", o "malparido", sino las pervertidas. Las que han sido tergiversadas y corrompidas para obligarlas a decir lo contrario de lo que significaron en su origen inocente. "Cínico", digamos. O "mefistofélico". O "bolivariano". Pobres los cínicos, pobre diablo Mefistófeles, pobre Simón Bolívar.

"Cínico", por ejemp
lo, es una palabra que nació para designar a un grupo de filósofos, estoicos antes de tiempo, que buscaban la virtud como soberano bien; y ha terminado sirviendo para calificar a los sinvergüenzas. Es una palabra que, como un perro amaestrado de circo, ha dado una voltereta mortal sobre sí misma para volver a decir lo que en principio quiso decir: perro. Pero no ya el perro considerado como animal noble, modelo para el hombre; sino como animal vil, objeto de desprecio. Decir de alguien que es un cínico hoy constituye un insulto, cuando en su origen griego fue un elogio: kynikos, que significa "como el perro". O sea, de la secta de los perros, fundada por Antístenes, discípulo de Sócrates, que fue testigo de su muerte de toro acorralado por los perros de Atenas en jauría: tomado aquí lo de perro en el sentido vil. Pero era una escuela filosófica admirable la de los cínicos, cuyo arquetipo es Diógenes: un sabio que vivía en un tonel, buscaba en pleno día con una lámpara encendida un hombre honrado, sin hallarlo, y se masturbaba en la mitad del ágora delante de la gente. De él dijo Platón que era como el mismo Sócrates, si Sócrates hubiera estado loco.

Porque ya Platón, también, era lo que nuestros tiempos habría que llamar "políticamente correcto". Es más: era él quien dictaba la corrección política. La cual no es cosa nueva, como tiende a creerse: Platón sentaba cátedra hace veinticinco siglos.

Digo que hoy "cínico" es un insulto. Un cínico es hoy un sinvergüenza, un caradura sin escrúpulos, sin principios éticos ni morales, que solo mira por su propio interés egoísta, desprecia la verdad y miente: finge aceptar lo que no cree, pues no cree en nada. Pero no de modo hipócrita, "en homenaje a la virtud"; sino descaradamente, porque está seguro de que no le va a pasar nada. El agudo Oscar Wilde definió al cínico como "uno que sabe el precio de todo y el valor de nada". Y sus malquerientes, que eran numerosos —hoy ya no, porque está muerto- lo acusaban a él mismo de cinismo. A partir de la Ilustración francesa, desde Voltaire, digamos, cínico es el escéptico absoluto, que no cree en nada, y en consecuencia ajusta su conciencia a su conveniencia. Y los enemigos de Voltaire, cínicamente, lo llamaban a él cínico.

De Diógenes se contaba que el oráculo de Delfos le había recomendado que falsificara moneda, o, más bien, que mostrara que la moneda que circulaba en la ciudad era falsa: que las convenciones sociales eran huecas. Que combatiera los artificios impuestos por el qué dirán y desafiara su autoridad por todos aceptada. Es un insolente el que hace eso, un desvergonzado el que pone en evidencia las desvergüenzas de una sociedad ante sí misma. Y Diógenes era un desvergonzado. Comía en público, como los perros. Se masturbaba en público, y decía que ojalá el hambre pudiera quitarse de manera parecida: frotándose la barriga. Porque las cualidades que apreciaba eran las del perro: la de distinguir al amigo del enemigo, la de defender aquello en lo que se cree o aquello que se ama. Pero las virtudes, llevadas a su extremo, tienden a convertirse en su contrario. Se pasa del desprecio de los vicios al desprecio de las costumbres. ¿Y si las costumbres son viciosas, y si los vicios se han vuelto costumbres de la sociedad? Entonces al virtuoso la sociedad lo llama cínico.

Así que a aquellos filósofos de la escuela del perro, que quisieron ser los mejores de los hombres, que no tenían otro propósito que el de buscar la virtud entendida como la liberación del miedo y de los deseos, y consideraban tal virtud como suficiente para la felicidad, que simplemente querían, en palabras de Diógenes, beber el agua en la mano, no les creyeron. Sus jueces eran, ellos sí, lo que hoy llamamos cínicos: incapaces de entender que alguien haga algo como no sea movido por un interés rastrero.

Ha dado mucho que hablar en estos dos milenios y medio la entrevista que sostuvieron en las calles de Corinto Alejandro Magno en toda su gloria y el cínico Diógenes sentado al sol en su tonel. Le dijo el conquistador al filósofo que le pidiera lo que quisiera, y se lo daría; y el filósofo solo le pidió que se moviera un paso para no quitarle el sol. Y se cuenta que Alejandro comentó que, de no ser Alejandro, le hubiera gustado ser Diógenes.

Tal vez. Pero el caso es que prefería ser Alejandro.

¿Y Diógenes? No se sabe. Pero si hubiera dicho que él prefería ser Diógenes, se le hubiera venido el mundo encima: ¡No sea tan cínico!