Como cada dos años y gracias a la labor incansable de Fanny Mickey nos llenamos de teatro en Bogotá. Ya estamos en el XI Festival de Teatro de Bogotá. Pinche aqui y vea la programación y los eventos, no le de pereza y animése a vivir la Bogotá como la Atenas suramericana tomándose un canelazo y gozando de las obras, los espectáculos y los actores. Bienvenido Shakespeare, Gogol, Pinter y Portugal, Israel, España, Francia, Rusia, Estados Unidos, Bosnia, Serbia, Republica Checa y los otros países invitados en este gran festival. Aquí también puede ver los teatros, fecha, obras, hora etc. Que pena darle envidia a los que no están aquí, pero todavía queda tiempo para comprar el pasaje y venir...
jueves, 13 de marzo de 2008
Columna de Cuervo
Me tome el atrevimiento de reproducir, aún sin autorización, las reflexiones de Jorge Iván Cuervo en torno a la teoría del mal menor y el pragmatismo en el caso de "alias Rojas". Hay que advertir que como algunos de ustedes saben Cuervo es un gran columnista que ha publicado sus opiniones en El Espectador, en semana.com y ha debatido temas en el programa radial Hora 20 de Caracol, así que nuestro columnista "robado" no es ningún amateur en el arte de escribir y argumentar. Recientemente abrió un blog donde "cuelga" sus columas y reflexiona sobre el acontecer nacional: http://cuervo-elblogdecuervo.blogspot.com/. Aquí les va las opiniones de Jorge Iván, espero que no me demande por derechos de autor:
-Por: Jorge Iván Cuervo R.
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El gobierno se decidió por pagar la recompensa al siniestro alias Rojas por la muerte del no menos siniestro alias Iván Ríos, el segundo miembro del Secretariado de las Farc que muere en menos de una semana. A pesar de las dudas éticas y jurídicas, primó la tesis según la cual, el pago de recompensas debe ser una política consistente del gobierno para garantizar su eficacia de cara a nuevas delaciones. Así, este gobierno - que no es muy dado en preservar escrúpulos morales a la hora de obtener resultados -, en una sola semana, echó por la borda dos principios tutelares de la cultura institucional colombiana, si recordamos la operación que terminó en la muerte de alias Raúl Reyes con violación del territorio ecuatoriano.Muchos dirán que precisamente por preservar principios como éstos, por ponerse el Estado de escrupuloso, es que se iba perdiendo la guerra. Pero cuando un gobierno por lograr resultados legitima que se transgredan principios elementales de la convivencia y del Estado de Derecho, ingresamos en un mundo sin retorno. Fue justamente lo que pasó con el paramilitarismo, muchos entendieron que si el Estado no era capaz de defender a la gente de los abusos y crímenes de la guerrilla, podían organizarse y ejercer la defensa privada. Y ya vimos en que terminó este experimento. Con esta invitación a que se asesine por mano propia a quienes están violando la ley penal, ¿a dónde llegaremos? El atajo a la ley es parte consustancial de la cultura colombiana. Todos quieren sacarle juego para su beneficio, siempre y cuando se consigan los resultados. Nos convertimos en una sociedad resultadista, sin principios. Olvidamos que en el Estado de Derecho algunos dilemas morales no pueden darse, aún si ello entraña una ventaja militar para los bandidos en el corto plazo. La doctrina del mal menor, de violar la ley para conseguir eficacia, no pude hacer carrera porque lo que está en juego es la legitimidad del Estado. Pero ya sabemos que esta sociedad está a dispuesta a tolerar casi todo si de derrotar a las Farc se trata. En el caso de las recompensa a alias Rojas – instrumento legítimo y eficaz por lo demás – se perdió el sentido mismo de la medida. Como lo señalan los avisos, se paga recompensa a quien suministre información que conduzca a la captura de los guerrilleros, narcotraficantes o paramilitares. Si en desarrollo de la operación de captura, el personaje muere, en general se trata de una acción legítima. Pero que se pague por haber matado a una persona, desvirtúa el principio mismo de la recompensa que es incentivar la entrega de información que permita neutralizar a quienes se enfrentan al Estado, porque en el mismo momento en que alias Iván Ríos muere, deja de ser un objetivo militar, y la información que se suministre sobre el paradero del cadáver ya no tiene ninguna importancia.Se dirá que está bien que el Estado pague para que entre bandidos se maten. No, no está bien: las actuaciones del Estado tiene que ser legítimas y no pueden propiciar más crímenes, como bien lo señaló el propio Presidente Uribe ante las dudas sobre si pagar o no la recompensa. Todo indica que la tesis pragmática y sin principios del ministro Holguín Sardi terminó imponiéndose. Y se dice ser el ministro de justicia – ¿de la justicia privada? En una salida en falso, el Fiscal Mario Iguarán advirtió que en principio no investigaría a alias Rojas por homicidio, porque al parecer el hecho se habría configurado en un estado de necesidad o en un estado de legítima defensa -¿preventiva? Razón de más para no pagar la recompensa. Si en verdad lo mató para salvar su vida, mucho menos puede cobrar la recompensa porque el homicidio no se cometió con ese fin.Si el Estado que representa la sociedad hace lo mismo que los criminales o premia sus acciones, entonces cómo es que nos diferenciamos de ellos. Pero ya lo sabemos, en estos tiempos es inútil pedir algo de decencia. Estamos regidos por la ley de la selva
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