miércoles, 25 de junio de 2008

Columna de Mariana Jaramillo

MI VISIÓN SOBRE LOS "EMOS"

Por: Mariana Jaramillo Fonseca (*)

Publicado en el Nuevo Día de Ibagué

Desde hace un tiempo en las conversaciones con mis compañeros de trabajo y colegas profesores, este tema de los Emo nos ha ocupado bastante tiempo. Es claro que nos separan de ellos una distancia generacional importante de unos 10 ó 15 años y eso ya nos impide entender esta tribu. Nosotros nos quedamos en los Punk, los skinhead, los góticos y los metaleros. Pero ahora los Emo están en salones de clase y hay que intentar entenderlos.

Las charlas giran en torno a cómo diferenciar un Emo, qué piensan, qué oyen, cómo se visten, qué actitud tienen ante la vida. Mis amigos y yo coincidimos en que esta tribu es un síntoma de lo que pasa en la sociedad. Es decir, no es gratuito que los Emo existan. Son un producto cultural que responde, tal vez, al gran control emocional que la sociedad ha ejercido sobre nosotros, me explico: Esta tribu privilegia el sentir las emociones que por años debieron ser escondidas como el dolor, la frustración, la tristeza, la soledad. Son ellos los que gritan al mundo que están tristes y solos y no tienen pena de sentirlo.

Así como hace unos años los Candy fueron la preocupación de los padres porque eran infantiles, felices y usaban drogas de diseño, parece, así a simple vista, que luego de la gripa química que produjeron las drogas de los Candy la sociedad despertó deprimida y nacieron los Emo. Creo que los Emo son una tribu que, como todas, busca identidad, algo a lo que asirse para sentir que pertenece a un nicho donde hay otros que comparten sus creencias y gustos. Es preocupante, no que existan, sino que sean tomados a la ligera sin ser vistos como un fenómeno complejo. Siento que los Emo necesitan ser comprendidos, ser escuchados. Pero para mis contemporáneos y yo es claro que el auge Emo tiene que ver con condiciones sociales como por ejemplo que los niños de hoy están muy solos, se refugian en el computador, no tienen la disciplina paterna que tuvimos nosotros, son niños un tanto desatendidos o que sufren de papás que hacen lo que ellos piden y no les ponen límites.

Por esa situación en la que ellos tienen el control, en la que nadie les exige, es que se vuelven depresivos y viven adolescencias tormentosas (como si ella misma no fuera ya un gran tormento). Los Emo son rechazados por las otras tribus. Y la razón del rechazo es que cada tribu siente que los Emo se han apropiado de elementos ideológicos o estéticos que les pertenecen. Los Emo en ese sentido son posmodernos, sincréticos porque en su estética han incorporado elementos de los góticos como el maquillaje, del punk los entubados y la ropa pegada, del metal los aretes, así como gustos musicales que algunas tribus sienten como propiedad exclusiva. Ese sincretismo provoca la ira de radicales que quieren cascar y matar a los depresivos emotionals. También los odian porque su sexualidad es ambigua y eso genera recelo. Acá los niños están conectados con su lado femenino y las niñas con su lado masculino. Por ser emotivos se tocan se abrazan y se besan entre ellos sean hombres o mujeres. También lo hacen, según las teorías de mis amigos y yo, como una forma de experimentar el placer sin restricciones. Los rechazan porque se hacen daño con cortadas que atestigüen su dolor por estar en el mundo. En este punto si me distancio porque uno puede estar muy mal pero cortarse así no más porque es un símbolo, por pertenecer, tampoco me parece. Siempre hay razones para sonreír aunque este mundo en realidad sea una basura. Pero ellos no tienen quién les haga ver eso o en el peor de los casos, los obligue a verlo.

Mis amigos treintañeros y yo sentimos que, como dice un grupo en facebook, a los Emo les faltó juete. Como ahora no se le puede decir nada a ningún joven ni corregirlo porque todo es maltrato, no hay límites. Son adolescentes solitarios, voluntariosos. Nadie se traumatiza por una palmada o un correazo, pero estos nuevos niños parece que sí y por eso están condenados a vivir en la depresión profunda su adolescencia. La solución no es exterminarlos sino ver a esta tribu como un síntoma de un problema social y ético más profundo y complejo. No hay que apoyar la limpieza ni de los Emo ni de ninguna otra tribu. Que cada quien se identifique con lo que quiera y que lo dejen ser. Finalmente para los de mi generación los Emotionals siguen siendo una novedad y una extrañeza que tratamos de comprender.

(Y aunque tenga peinado Emo no soy Emo)
(*) Psicóloga Pontificia Univerisdad Javeriana
Magister Literatura Hispanoamericana
Instituto Caro y Cuervo