Encontré unos relatos escritos en la ciudad de Buenos Aires en septiembre de 2006 que títulé "El doble de Borges" y que transcribo poniendo algunos nombres trucados. Esta como una forma de memoria y de que este escrito no se pierda por ahí.
Buenos Aires, septiembre 22 de 2006
El doble de Borges
1. Barrio Palermo
En los mitos urbanos que estoy leyendo, el último de los mitos es dedicado a Jorge Luis Borges, el padre latinoamericano de la literatura fantástica, y un libro sobre mitos fantásticos no podría prescindir del autor argentino más reconocido sobre el tema. El mito trata del doble de Borges. Se relata que todo hombre cuenta con un doble igual a uno, y que uno, siempre el malo, trata de encontrar a su par para asesinarlo. En el mito se relata como un coleccionista especializado en Borges, tiene en sus manos la hoja de una agenda con la fecha de noviembre de 1989, en donde dice, "definitivamente es Borges, no hay ninguna duda".
La historia cuenta que para la época en que se escribió dicha nota, Borges ya había muerto. Por las investigaciones de los autores del libro sobre mitos, se dedujo que la anotación de la agenda fuera escrita por un camarero del barrio Palermo. el barrio que habitó Borges. La anotación según los autores sería la descripción del "otro Borges", que permanecería vivo tras la muerte del verdadero Borges.
La historia de los espejos, de la duplicidad y de la fantástico se resume en este mito... Borges todavía se encuentra caminando por Palermo, especialmente por Plaza Italia, recordando al "otro Borges", al escritor ciego, que se enorgullecía no por los libros que había escrito, sino por los que había leído, aquel "Georgy", como le decía su madre, que durante el peronismo había pasado de ser el director de la Biblioteca de Buenos Aires, a un inspector de mercados, según las leyes del populista militar.
Me encuentro ahora en la Calle Jorge Luis Borges en Palermo, estoy esperando a que me encuentre al escritor por algún lado. Pienso que lo debo hacer es empezar a preguntar, ¿Conoce usted la casa de Borges?, ¿Sabe usted dónde vive Borges?, para terminar con algo directo como ¿Ha visto usted a Borges?.
Las investigaciones sobre el absurdo deben comenzar con el absurdo.
2. El Teatro Colón
Ayer fue el primer día de primavera y la gente andada feliz, tenía la entrada para la visita guiada al Teatro Colón, así que acudí puntual y me maravillé con el teatro de estilo vienés en forma de herradura que tiene la mejor acústica del mundo junto con la Scala de Milán. La visita fue corta. Desde uno de los palcos la guía explicó la capacidad del teatro, nos contó que era más grande el escenario que la platea, y nos describió una araña enorme encima de la cual se pueden ubicar algunos cantantes que generalmente, sin ser vistos, acompañan obras con sus voces celestiales.
Bajamos al sótano del teatro, la parte de los vestieres, la zapatería, donde se elabora la escenografía, las salas de ensayo, la peluquería, la sastrería, realmente es enorme, toda una empresa musical.
El teatro ahora se encuentra en restauración, y la necesita, algunas paredes ya están descarchadas y los cables eléctricos se encuentran a la vista. Un corto circuito para este monumento de madera y terciopelo, sería un desastre previsible. Sucedió con el Liceo de Barcelona, y otro teatro italiano, creo que en Venecia... Al finalizar el recorrido turístico decido almorzar en la cafetería de la ópera, me como un crepes delicioso y al momento de dar mi último bocado, una de las meseras del sitio comienza a cantar un aria muy sentida, admiro su bella voz, aplaudo con alegría.
¡Que viva la vida!
3. Talcahuano
Ya por la tarde, hago un nuevo recorrido por Talcahuano, la calle de las librerías jurídicas. Admiro a los argentinos por su gran acervo bibliográfico que tienen en filosofía del derecho. Carlos Cossio, ha sido el único latinoamericano que con su teoría egológica (ego del yo o del sujeto) pudo controvertir de una manera detallada la pureza sistemática de Kelsen. Encuentro que en varias de las librerías se consiguen libros del Externado, los están editando y publicando en Buenos Aires por ser más barata la impresión. Me alegro por un instante en pensar que ahora nosotros, los colombianos, de alguna manera nos encontremos publicando en la que fuera meca de las publicaciones de derecho en Latinoamérica. Veo libros de Magdalena, de Alfonso, no encuentro los míos, pero pienso que por ahí andarán....
4. Concierto
Ayer tenía una cita con Franco de Vita, el cantante venezolano, había comprado boletas para verlo en el Teatro de la Ópera. Me había hablado con Camila y Laura, ambas colombianas residentes en Buenos Aires, y las dos se burlaron de mi decisión de ir a oír canciones románticas de los 90´s. Una de ellas me dijo ante mi pregunta de si quería ir: "Hombre yo ya estoy en otra cosa", me sentí como un setentero convenciendo a alguien para que fuera a escuchar a Christopher o Óscar Golden. Yo contesté disculpándome, "no puedo hacer nada, ya compré la boleta desde el lunes".
Antes del concierto me encuentro con Paula, a ella la había conocido en Madrid cuando estudiaba mi doctorado. Yo volvía de tierras gallegas, con un libro de poemas de Rosalinda Castro y unos CD´s de Milladorio que había comprado, y que describían toda la nostalgia de la lluviosa y verde Santiago y la portuaria y húmeda ciudad de Vigo.
Paula se encontraba durmiendo en el sofácama de nuestro "piso" madrileño, que teníamos destinado a las visitas y que se encontraba en la sala. Juan y Antonio, mis compañeros de piso, me dijeron que no la despertara, había llegado a nuestra casa recomendada por algún amigo de alguien y había estado en el sofá durmiendo el jet lag un día entero sin abrir el ojo. Al final, con el ruido de mi llegada se despertó, allí comenzaron los disparates humorísticos de mis amigos, se ponían muy serios y comenzaban a inventar historias. Le contaron a Paula cuando despertó que yo era el dueño del piso y que no me gustaban las visitas, así que lo mejor era que fuera empacando y que buscara un hotel rápidamente. Ella me había dicho, "mira que pena, es que solo me voy a quedar un par de días, yo soy amiga de fulanito...", con esa frase, mis amigos ya no pudieron contener la risa y la broma se destapó. Sin embargo, creo que yo sigo siendo para ella como la primera impresión, aquel bravo y amargado personaje que no podía resistir una visita.
Me vi con Paula antes del concierto de De Vita, nos comimos una hamburguesa mirando el Obelisco en plena calle 9 de julio en una terraza. Hablamos sobretodo de Colombia y de su vida en Argentina. Ella trabajaba en la cervecería Quilmes, la más famosa de todo el país, cuyo nombre se deriva de una tribu exterminada que habitaba la Pampa. Me cuenta que no ha sido fácil hacerse un lugar aquí, que vive con Jorge, su compañero argentino, que mientras conversábamos la llamó alrededor de cuatro veces ¿celos o cuidado?
El concierto fue nostálgico pero alegre a la vez, me tocó verlo desde el gallinero, al lado de una barra compuesta por unos chicos con badaca que simulaban cánticos futboleros, gritando Francooooooo.... Francoooooo.
En Argentina, deduje por las canciones que coreaban los asistentes, el cantante italo-venezolano no era tan conocido como en Colombia, se sabían el último disco STOP, la canción con Sin Bandera titulada "Y si la ves", "Soy un buen perdedor" y la popular "Solo importas tú", que me recuerda cuando empezamos a ver televisión internacional por antena parabólica en mi casa en Bogotá. La canción de De Vita era la banda sonora de la novela "La dama de rosa" que yo no me perdía.
Franco de Vita habla ahora con un acento español e italiano entremezclado, ya no le queda del acento venezolano estupendo que me encanta, supongo que esta exiliado en Italia y como tantos latinos encuentran en el español ibérico la mejor forma de "neutralizar" sus orígenes. Finalicé el concierto feliz, la música te devuelve al pasado a tus recuerdos y sentimientos, tiene mucha magia y emotividad oír la música de cuando fuimos jóvenes y nos enamoramos, en fin, no me voy a poner más cursi, ya es suficiente.
5. San Telmo
La noche bonarense la vivo con mi amigo Diego en San Telmo, él es argentino, ya casado y tiene tres hijos, lo conocí también en Madrid. El encuentro en San Telmo, el barrio más antiguo de Buenos Aires, surgió de un engaño. La noche anterior había estado en un bar cerca a la Plaza Dorrego que se llama "Días del mundo". Allí escuchando un grupo de jazz y blues, los cantantes habían adelantado que al día siguiente se presentaría un grupo de reggae y cumbia, un quilombo que terminaría con la sorpresa venida desde Italia, el cantante Franco de Vita.
Mi alegría fue enorme ante el anuncio, aplaudí como un loco, tanto que que el director de la banda de jazz que tocaba el violín, le dijo al público, "veo que mañana el colega estará acá". Así que a partir del anuncio convencí a mi amigo Diego de realizar un remate del concierto de De Vita en petit comité en ese bar. Al llegar nos tomamos unas birras, y ya por las tres de la mañana, le pregunté al mesero si vendría Franco, con humor bonarense contestó "Che, creo que a Franco lo dejo el avión y no pudo venir". Me reí y entendí el engaño.
Pasado con humor la ausencia de De Vita seguimos conversando con Diego sobre Colombia y Argentina, la gente estaba alegre, era el primer día de la primavera...
Al lado de nosotros sentaron una chichas, una pelirroja y una castaña, según el argot argentino, seguimos hablando con Diego, más de tres conquistadores trataron de hablarles a las chicas y fueron despachados con palmaditas en la espalda. En el bar se sirve una champaña frapé, y una especie de sangría de verano bonarense de color naranja hecha con vino blanco, frutas y algo de jerez para alegrarla... Ya el bar cerraba y la pelirroja me pidió un cigarrillo, la táctica del solo es acompañarse siempre con unos buenos cigarrillos, sino estas perdido... El mesero nos ayudó con "las minas" y nos la presentó, compartimos una alegre charla, me gustó su acento de arrabal de una noche maleva, como se recitaría en un tango en lunfardo. Al final, las chichas nos dejaron y Diego me dijo "eran unas trolas ¿no te diste cuenta?"... "Trolas" aquí significa prostituta. Le contesté que yo no pensaba eso, la castaña, que se llamaba Gabriela, me dijo que bailaba danza árabe y que le gustaba Shakira porque manejaba la técnica... La pelirroja que se parecía a Andrea del Carpio, la actriz infantil de novelas de los setenta, pero que se llamaba Shila, desapareció en un instante, también Graciela, la bailarina de los siete velos del barrio Barranco entre Boca y San Telmo. Diego se fue para su casa, esta vez no había olvidado su argolla de matrimonio que no es de oro sino de lata....
GARC